BESOS DE AUTOESTIMA: Caricias Positivas ante la Migración
Andrés y Carolina se fueron a vivir a España, una vez allá, fue ella quien se encargó de
todos los trámites relacionados con la regularización de sus documentos y búsqueda de
apartamento, ya que sus padres son españoles y ella, además de tener la nacionalidad,
conoce Madrid, que es la ciudad donde se establecieron. Por eso también logró conseguir
trabajo relativamente rápido, a diferencia de Andrés, que le tomó varios meses
adicionales conseguir un empleo.

El hecho que Carolina fuese la encargada de todas las diligencias importantes y además
de sostener económicamente el hogar, hizo que Andrés se cuestionara sus capacidades.
Andrés tenía dudas recurrentes sobre quién es, sus fortalezas y los aspectos por los
cuales logró ser Gerente en un banco en su país de origen, ganarse el aprecio de sus
amigos y mantener una relación saludable con Carolina hace varios años ya.
Este cambio generó en Andrés algunos síntomas: insomnio, displacer en sus intereses
habituales y el descuido de su atención personal (hábitos alimenticios, higiénicos y
adaptación al nuevo entorno). Su dificultad se asoció a una rápida disminución de la
valoración que tenía de sí mismo y el miedo al futuro.
Para Andrés fue muy difícil recibir tantos “NO” luego de varias entrevistas de trabajo.
Carolina mientras, entendió ampliamente los cambios que se estaban produciendo y más
allá de las dudas de Andrés, siempre le acompañaba en su aventura diaria “de no hacer
nada, en contraste a su país de origen donde su día era de 32 horas”. Carolina siempre le
acarició con “besos de autoestima”, dejando notas amorosas, abrazos al salir mientras
Andrés dormía, contándole al oído lo que le enamoró de él. Andrés pudo reubicarse en un
empleo, consultar a un profesional de su confianza, retomar hábitos de autocuidado y su
estabilidad emocional.

Como personas, tenemos múltiples matices que definen nuestra personalidad, rasgos
conductuales, habilidades, limitaciones y formas de actuar antes diversas situaciones,
sean positivas o negativas.
Ese cúmulo de características componen nuestra personalidad y va a determinar nuestro
desempeño en los distintos planos, sea el personal, el laboral, el familiar, etc.
Teniendo esto en cuenta, hagamos ahora una definición formal de lo que es la
autoestima:
Es la valoración que hacemos de nosotros mismos teniendo como punto de partida las
sensaciones y experiencias que hemos venido desarrollando en nuestra vida. La autoestima está compuesta por la imagen que tenemos de nosotros mismos y el aprecio
que sentimos, también hacia nosotros mismos. Una autoestima sana nos permite afrontar
nuestro día a día, junto a sus dificultades, con seguridad y confianza. Si, al contrario,
presentamos grietas en nuestra autopercepción y tenemos la autoestima baja, esos retos
diarios se nos harán más complicados.

¿Cómo saber si tienes baja autoestima?
Hay una serie de pensamientos y conductas que nos pueden indicar si nuestra autoestima
está baja:
La Personalización: sientes que todo es “personal”, es decir, si alguien está molesto,
piensas que es a causa de algo que hiciste. También este aspecto suele asociarse a la
comparativa que hacemos de nosotros mismos con los demás.
Designación global: cuando cometes algún error no te enfocas en su solución sino que
tiendes a utilizar palabras peyorativas para autodescribirte
Sobregeneralización: es pensar que algo en lo que fallaste, determinará por siempre tu
futuro fracaso, es decir, creer que por una vez que has cometido un error, siempre se
repetirá, sin importar cuantas veces lo vuelvas a intentar.
Razonamiento emocional: creas ideas propias basadas en cómo te sientes.
Lectura del pensamiento: a pesar de no tener fundamento o pruebas, crees que no eres
del agrado de los demás.
Pensamiento polarizado: llevas las cosas a sus extremos. Es blanco o negro, no hay
puntos medios. O es perfecto o no vale.
¿Cómo mejorarla?
Ponte metas claras y concisas
Entiende que por “meta” nos referimos a cualquier cosa que desees conseguir,
identificando lo que queremos y cómo lo queremos. Es importante que nuestra meta no
sea impuesta por nadie más y sea posible de conseguir en un plazo no tan prolongado,
además de ser algo que realmente queramos lograr. En este caso, para Andrés una meta
pudo ser: darse una ducha diaria.
Ya tienes fijada tu meta, ahora establece las tareas que debes realizar para
alcanzarla
Lo que te hayas propuesto debe venir precedido por tareas a corto plazo que requieren
ser completadas para así ir avanzando en el logro de ese objetivo que te has trazado.
Fíjate qué debes hacer y cómo debes hacerlo para seguir tu camino hacia ese logro. Es
necesario tener disciplina. En este caso, Andrés debía primero levantarse de la cama,
encender la calefacción y entrar a la ducha.

Priorizar esas tareas
Es decir, necesitas llevar a cabo antes las que requieran de soluciones más inmediatas, y
dejar para después, aquellas que no representan mayores dificultades o que no son tan
determinantes en el logro de tu objetivo. Establece una secuencia temporal de realización.
Ejecútalas y evalúa los logros a medida que vayas avanzando
Ya tienes tu meta y el plan para ir avanzando hacia ella, ahora es momento de
comprometerse con el proceso e ir evaluando los esfuerzos que le dediques. Lo ideal es
que establezcas a un observador externo para ello, ya que cuando nos autoevaluamos
solemos ser, o muy estrictos o muy permisivos con nosotros mismos.
¿Te identificaste con lo que acabas de leer? Si es así, puedes profundizar en tus
conceptos e ideas de ti mismo o apoyándote en profesionales que te ayuden en ese
proceso.
#Autoestima #CariciasPositivas #Valor #Amor #Migracion #Bajaautoestima #dudas